jueves, 26 de agosto de 2010

El Monstruo sin Nombre

Hace bastantes años atras, un amigo muy querido mas no muy cercano me invito a ver una serie de animación japonesa, o anime para los entendidos. Era una serie muy peculiar ya que parecia mas un thriller psicologico que un anime tipo Dragon Ball o Saint Seiya. Era una serie profunda, inteligente y muy, muy extraña.

Dentro de esta serie hay una parte en la que uno de los protagonistas relata un cuento infantil. Y lo recuerdo bien porque no recuerdo haber escuchado un cuento tan aleccionador desde que tengo conciencia, con un mensaje tan duro en un idioma tan digerible que me parecia fuera de este mundo.

Yo quiero compartir este cuento....El Monstruo sin Nombre

Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano vivía un monstruo sin nombre. El monstruo deseaba un nombre, y lo deseaba tanto que apenas podía pensar en nada más.

Un buen día, el monstruo emprendió un viaje para buscar el nombre que tanto anhelaba. Pero el mundo es demasiado grande, y, por ello, el monstruo decidió dividirse en dos. Un monstruo se fue al este y el otro, hacia el oeste.

El monstruo que había ido hacia el este encontró pronto una aldea. En la entrada de la aldea había un herrero.

"Sr. Herrero, me puedes dar tu nombre", preguntó el monstruo.

"¿Pero qué tonterías dices? No puedes dar tu nombre ", replicó el herrero, incrédulo.

"Si me das tu nombre, me introduciré en tu cuerpo y te haré muy fuerte", prometió el monstruo.
"¿En serio? Bueno, pues si de veras vas a hacerme más fuerte, adelante, es tuyo", respondió el herrero.

Entonces, el monstruo se introdujo en el cuerpo del hombre. A partir de ese momento, el monstruo se convirtió en Otto el herrero. Otto se volvió el más fuerte de la aldea. Sin embargo, un día el dijo...

"Mírenme... mírenme... ¡Miren qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!"

¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!

El hambriento monstruo se comió a Otto de adentro hacia afuera. Y el monstruo se quedó sin nombre otra vez.

Aun cuando entro en el cuerpo de Hans el zapatero…

¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!

Al comérselo, volvió a quedarse sin nombre.

Luego entro en el cuerpo de un cazador llamado Thomas, pero...

¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!

Como era de esperar, se lo comió, y volvió a quedarse sin nombre.

En busca de un hermoso nombre, el monstruo decidió buscar en el interior de un castillo. En el castillo vivía un pequeño príncipe enfermo.

"Si me das tu nombre, pequeño, yo te haré fuerte como un roble", le dijo el monstruo al príncipe del castillo.

"Si me haces un niño sano y me vuelves fuerte, mi nombre es tuyo", replicó el príncipe enfermo.

Entonces el monstruo se introdujo en el interior del príncipe. Y éste se curó milagrosamente.

El rey estaba de lo más contento.

"¡El príncipe se ha curado! ¡El príncipe se ha curado!", se regocijaron todos.

Al monstruo le gustó el nombre del príncipe. La vida en el castillo le gustó también. Por eso, y aunque se moría de hambre, hizo esfuerzos por contenerse. Un día tras otro, cuando el hambre le acechaba, el monstruo se contenía y esperaba paciente a que pasara.

Pero un día el hambre era tanta que el monstruo no pudo más.

"Mírenme... mírenme... ¡Miren qué grande se ha hecho el monstruo en mi interior!"

Y entonces se comió al rey y a toda la corte de una sentada.

¡Crunch Crunch! ¡Monch Monch! ¡Chomp Chomp! ¡Plaf!

Como no quedaba nadie en el castillo, el príncipe siguió con su viaje. Camino por días y días.
Un día, el príncipe encontró a su mitad, al monstruo que había viajado al oeste.

"Ya tengo nombre, ¿sabes? Un nombre muy bonito" le dijo el príncipe al monstruo.

"¡Yo no necesito un nombre! Soy feliz aun sin él. Solo tenemos que aceptar que somos monstruos, monstruos sin nombre" le respondió el monstruo al príncipe.

Y con estas palabras, el príncipe se comió al monstruo del oeste...

"Ahora por fin había conseguido un nombre... pero todas las personas que podían llamarlo por su nombre habían desaparecido... con lo bonito que es su nombre... porque Johan es un nombre hermoso..."

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