miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cronicas de un Pervertido - Soy Capitan de tu parte de adelante....

Ella dice que ya no me quiere. No volveremos a hacer el amor.

Ella esta ahi, al borde de la cama, mirando la tele. Tienes puesta solo mi camisa. Y me ignora. Yo no existo en ese momento. Soy una almohada mas, un mueble, un adorno. Estoy desnudo, apoyado a la cabecera, mirandola con ojos de confusion, de amargura. Solo distingo su larga cabellera, la cual se confunde con el color de mi camisa. Ha estado asi por horas.

Estoy podrido de los engreimientos de esta mujer.

Ella me acusa de ser un insensible, de no darlo todo en nuestra relacion. Del poco compromiso que le demuestro, del escaso cariño que le expreso. De tomarlo todo como venga, de dejar las cosas asi, sin ninguna solucion. De ser un patan y que toda nuestra relación la resumo en sexo. Sexo, sexo y mas sexo.

¿Que puedo hacer? Ella es muy buena en la cama. Aparte si todo lo que dice fuera cierto, no se por que mierda sigue conmigo.

Solo soy lo que soy. No tengo mas que ofrecer mas que lo que soy. Yo en verdad la quiero, si no, no estaría como un idiota mirandola refunfuñar, esperando un cambio o un milagro. Podria agarrar mis cosas y largarme de ahi, ya que culos en este perro mundo sobran. Pero yo no se porque sigo ahi. No se por que. Ella es una dramatica y una caprichosa. Hay que tener dones de santo para tolerarla. Se que lo nuestro no funciona. Solo en la cama tenemos algo de paz, o al menos eso pense. No quiero perder ni eso eso ni a ella. Porque ella sabe que soy un bruto. Un bruto que mataria por ella. Un bruto que en verdad la ama, y que la mandaria a la mierda cuando se lo merezca.

Yo solo puedo ser lo que soy.

"Quitate la camisa".
"¿Que?" - dijo ella, volteando con molestia y sorpresa.
"Ven, acercate y quitate la camisa"- respondi.

De verdad no se con que nivel de decision dije esas palabras, pero debieron dejar en claro que no se aceptaria una negativa por su lado. Caracter. Y del borde de la cama, llena de curiosidad y extrañeza, repto por la cama hasta llegar hasta mi. Se subio encima mio y haciendo un gesto de "¿que mierda quieres, huevon?", hizo una pausa y empezo a desabotonarse la camisa. Suena extraño pero luego de tantos fracasos amorosos entendi que las mujeres pueden pensar una cosa, decir otra y hacer algo completamente diferente a lo que pensaron o dijeron, todo a la vez, en un mismo segundo. En verdad son unicas. Impredecibles.

Teniendo su torso desnudo, contemplando sus pechos a las luz de las lamparas del hotel, descifrando las sombras y angulos que generaban sus redondeces como si fuera yo una especie de fotografo profesional, solo tome un respiro y abri mi boca. Y como suele pasarme siempre, cada vez que estoy inspirado, dije lo primero que se me ocurria. Sin pudor, sin mentiras. Osea, a la bruta:

"Son preciosos. En verdad, y no lo digo por compromiso. A mis ojos tienes unos senos muy hermosos. No son muy grandes como para arrancarme erecciones sorpresa ni arrebatos de celos, ya que el projimo tiene ojos. Ni tampoco pequeños como una adolescente en plena etapa de desarrollo. Los "limoncitos" si quieres llamarlo asi. Ambos son extremos, pero tus senos estan en un punto intermedio. Digamos que son del tamaño adecuado como para que calzen en una mano y pueda amasarlos como el panadero al pan. Eso me permite juguetear con ellos de formas casi escandalosas, como te habre enseñado. Aparte de esto, me impresionan los sensibles que son, la respuesta que tengo de parte de ellos al acariciarlos, al explorarlos. Quizas no te des cuenta, pero yo si. Cada expresion, cada temblor, cada estremecimiento. Es una de las partes mas sinceras de tu cuerpo. Y me gusta estar prendado de ellos como si de ellos dependiera mi existencia. Me gusta esconder mi cara en ellos y, cual Cristobal Colon, descubrir nuevas sensaciones para ti. Me fascina la reaccion de tus pezones, rapida y a veces impredecible, lo cual hace mas interesante la aventura. Y son lindos porque no son tan claros como para decir que son transparentes ni muy morenos como para pensar que son dos moretones. Simplemente son perfectos, como los de una niña-mujer excitada y curiosa. Y creeme que te lo digo yo, que he visto muchas tetas en mi vida. Eres hermosa."

Larga y esperada pausa. No era sorpresa. Practicamente habia desnudado mi alma, habia dicho lo que pensaba en ese momento, con toda la crudeza posible, a la espera de un porrazo o alguna agresion verbal o fisica. Asi es como deben ser todas las cosas en esta vida: crudas, simples, honestas, sin temor a las consecuencias.

Y despues de cerrarse la camisa con inusitado pudor, me miro a los ojos. Una mirada atónita, bordeando casi la repugnancia. Pero es ahi, en ese momento, donde los amantes encuentran la dimensión desconocida, el plano espiritual, la casi telepatía. Yo sabía lo que ella me diría. No exactamente que palabras usaría, pero sabía de antemano que el mensaje sería el que esperaba. Fueron en esos escasos segundos en que reafirme que a la mujer que tenia enfrente mio yo le hacia el amor. Ella no era una mas del monton, no tenia la etiqueta SEXO en la frente. Ella era AMOR. Simplemente ella era AMOR. Y le haria el amor cuantas veces me diera la gana, asi ella no quisiera. No espero que nadie entienda esto. Esto solo queda entre ella y yo. Lo nuestro si funciona, solo que somos fuego y polvora. Nosotros podemos destruir el mundo juntos.

Ella solo me miro a los ojos y casi con resignacion, como quien acepta una enfermedad terminal, me dijo dijo:
"Eres un enfermo de mierda, el mas enfermo que he conocido en mi vida....te amo".

Ella en verdad me quiere. Hare el amor otra vez.

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